Casi de ciencia ficción: los vehículos autónomos son más seguros que los supervisados por manos humanas

La evolución de la tecnología robótica, y de inteligencia artificial no dejan de sorprendernos, ¿cómo impacta en el desarrollo de los vehículos autónomos?

En palabras de Roberto Agosta, presidente de AC&A, «El mundo de los autos que se conducen solos no pertenece a la ficción ni al futuro lejano: están más cerca de lo que parece». Una frase concluyente que nos hace pensar sobre el impacto de vehículos autónomos en ciudades de América latina, y como los estos autos compartirán la calle con los conducidos por humanos.

Desde ya la automatización no es desconocida para el sector del transporte, ya que como señala Agosta, los trenes sin conductor ya tienen cincuenta años de existencia. Pero tienen buena parte de supervisión humana. «Pero hoy vemos a estos dispositivos básicos de conducción autónoma asociados a sistemas de percepción y procesamiento del entorno que van a permitir -y ya lo están haciendo- vehículos completamente autónomos: el auto robot», asegura.

Aunque los vehículos autónomos están aún en fases de prueba y desarrollo, no falta mucho para que de a poco los veamos circular por las calles de las ciudades, «pero en algunos países desarrollados se los va a ver en la calle en los próximos cinco años. Lo que se presume es que la transición va a tomar una generación. No es que en cinco años todos los autos van a ser autónomos», declara Agosta.
El proceso de arribo a la región Latinoamericana va a ser más lento que en otras partes del mundo, comenta Agosta, «Estados Unidos y China van a ser líderes en autos autónomos; Europa y China en autos eléctricos. Argentina, y en general América latina, se tienen que preparar para la transición, que no va a ser corta», agrega.

Entre los desafíos que ve Agosta se encuentra, por ejemplo, un aspecto institucional o normativo, ya que para que se autorice la circulación de estos vehículos se requiere un cambio en la legislación. Por otro lado se tiene » la vinculación con el desarrollo urbano, problemáticas como la congestión. Algo concreto para pensar es la reutilización de los espacios de estacionamiento, ya que estos no van a ser necesarios: el auto autónomo puede dejarte en un lugar y después pasar a buscar a otro pasajero. Se presume que no va a ser la regla tener propiedad individual del auto. Acá aparece otro aspecto central: el uso compartido. La movilidad como servicio y no como bien», asegura.

Otro ítem a tener en cuenta son los costos: «El impacto mayor de la automatización se va a dar en los modos de transporte que usan más mano de obra, como el taxi. El costo del viaje en colectivo va a bajar algo, pero el costo del viaje en taxi va a bajar dramáticamente, porque una parte muy importante del costo de ese viaje es el «costo» del conductor. Entonces el vehículo particular va a estar más cerca del vehículo colectivo, al menos que aumentes de forma drástica los subsidios», comenta.

 

 

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